La cantante ha decidido no leer los cientos de menciones que recibe cada día en la red social debido a los reiterados abusos que recibe, que llegan hasta asustarla.
Los constantes ataques que recibe en su cuenta de Twitter han hecho que Jessie J deje de leer los cientos de menciones que recibe diariamente en la red social, debido sobre todo al delicado estado emocional en el que se encuentra, ya que la intérprete tiene que hacer frente a una arritmia cardíaca que en ocasiones le obliga a cancelar sus actuaciones.
"Es muy duro. Sigo teniendo problemas de corazón y tengo que luchar contra ello todos los días, y hay muchos fans que no son conscientes de esa parte de mi vida. El abuso que tengo que soportar si tengo que cancelar alguno de mis conciertos es increíble", comentó la cantante a la revista
Tan impredecibles y variados son los comentarios de sus admiradores que llegan a influir en su estado de ánimo, hasta el punto de sentir miedo.
"Sobre todo me asustan los cambios de personalidad de mis seguidores. Es 'te adoro' o 'te odio y quiero que mueras', no hay punto medio. Creo que intentan llamar la atención porque la gente quiere que los demás se fijen en sus comentarios. Por eso casi no me molesto en leerlos, ya que intento vivir mi vida de una forma positiva y en muchos casos Twitter no me deja ser feliz", explicó al mismo medio.
Por otro lado, la artista británica afirmó que no consigue acostumbrarse a la presión mediática que conlleva ser una personalidad de la música internacional, por lo que no llega a entender la encarnizada persecución que sufre en su rutina diaria cuando aparece en cualquier lugar público.
"Por ejemplo, en verano de 2011 me rompí un pie mientras grababa un anuncio. De repente me vi rodeada de decenas de personas haciéndome preguntas y, de hecho, mientras me llevaban a una sala para ver mi lesión, la gente estaba sacando fotos y grabando. Esos son los momentos en los que pierdo la fe en la humanidad. Además, pensé: 'No habéis comprado una entrada para verme, esto es un momento personal'. Fue increíble, ¡hasta el doctor me pidió un autógrafo!", contó la artista.
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